Leptospirosis

Leptospirosis: una zoonosis urbana que requiere del enfoque «Una Sola Salud»

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Durante la pandemia, con las calles vacías, animales silvestres -incluidas las ratas- reclamaron su espacio en las ciudades, recordándonos su presencia silenciosa pero persistente en el entorno urbano.

En 2021, la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, enfrentó un brote de leptospirosis canina que alertó al sistema de salud pública local. Al menos 200 perros fueron diagnosticados con esta enfermedad zoonótica, una cifra inusualmente alta para una ciudad de clima templado. Aunque este episodio fue llamativo, no se trata de un caso aislado.

A medida que crecen las poblaciones de roedores en las grandes ciudades, también aumentan los riesgos asociados a enfermedades como la leptospirosis. A nivel global, se estima que un 30% de los roedores urbanos (Rattus norvegicus), principal reservorio de esta enfermedad, pueden estar infectados con la bacteria Leptospira spp. – con esta cifra llegando a 80% en algunas regiones.

El aumento de casos de leptospirosis en regiones tropicales refleja cómo el calor y las lluvias intensas crean condiciones ideales para la propagación de esta enfermedad zoonótica.

¿Qué es la leptospirosis?

La leptospirosis es una zoonosis bacteriana que afecta a animales y humanos. Se transmite a través del contacto con la orina de animales infectados, principalmente roedores, que puede contaminar suelos, aguas estancadas, charcos y superficies. En perros, los síntomas incluyen fiebre, vómitos, letargo, insuficiencia renal y, en casos graves, la muerte. Se estima que cada año la enfermedad afecta a más de 1 millón de personas en todo el mundo, aunque esta cifra podría estar subestimada.

La leptospirosis en humanos puede variar desde una infección leve o asintomática hasta una enfermedad grave e incluso mortal. La evidencia científica indica que el riesgo de transmisión directa de perros infectados a las personas es bajo.

En los animales algunas cepas de Leptospira pueden formar biopelículas (biofilms), estructuras que les permiten adherirse a superficies y protegerse de los antibióticos, lo que complica la erradicación de la bacteria. Esto sucede también en el ambiente lo que favorece su persistencia explicando por qué algunos brotes de leptospirosis ocurren muchos meses después de períodos de lluvias intensas.

Contrario a lo que se suele pensar, todos los perros están en riesgo, independientemente de si viven en zonas urbanas, rurales o si tienen acceso al exterior. La exposición puede darse en paseos, parques públicos, patios e incluso por contacto indirecto con fuentes de agua contaminadas.

Leptospirosis y el enfoque de «Una Sola Salud»

Con motivo del Día Mundial de las Zoonosis 2025, la Representación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) para las Américas organizó un seminario web centrado en la necesidad de abordar enfermedades como la leptospirosis bajo un enfoque de «Una Sola Salud».

Durante el evento, la Dra. Jane Sykes, representante de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA), destacó la importancia de integrar esfuerzos entre sectores de sanidad animal, y la salud humana y ambiental.

“La leptospirosis es un claro ejemplo de por qué necesitamos colaboración entre médicos, veterinarios, autoridades ambientales y comunidades. Solo un enfoque verdaderamente integrado puede reducir el riesgo de brotes en entornos urbanos cada vez más complejos e interconectados”, señaló la Dra. Sykes.

¿Qué se puede hacer?

La prevención de la leptospirosis requiere una combinación de acciones:

  • Vacunación periódica de animales de compañía, especialmente perros.
  • Control de poblaciones de roedores en entornos urbanos.
  • Educación pública sobre los riesgos de la exposición al agua estancada.
  • Vigilancia epidemiológica integrada entre sectores.

La OMSA promueve el fortalecimiento de capacidades nacionales en vigilancia, respuesta y colaboración multisectorial como pilares clave para prevenir y controlar enfermedades zoonóticas emergentes.

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