La rabia es una de las zoonosis más antiguas y temidas, con una letalidad cercana al 100% una vez que aparecen los síntomas. Sin embargo, es totalmente prevenible mediante la vacunación de animales y la atención oportuna a las personas expuestas. En la región de las Américas, el impacto de la rabia va más allá de la salud pública: también tiene repercusiones sociales y económicas, afectando a las comunidades más vulnerables y poniendo en riesgo los medios de sustento.
En el marco del Día Mundial contra la Rabia 2025, conversamos con el Dr. Juan Antonio Montaño Hirose, experto del Laboratorio de Referencia de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) para la Rabia, quien comparte su visión sobre los avances, desafíos y prioridades regionales para lograr el objetivo global de cero muertes humanas por rabia transmitida por perros.
La fecha del Día Mundial contra la Rabia fue elegida en conmemoración al fallecimiento del científico francés Louis Pasteur en 1895, pionero en el desarrollo de la vacuna antirrábica.
La rabia sigue siendo prioritaria en la región porque, aunque es una enfermedad prevenible y contamos con vacunas eficaces y herramientas científicas avanzadas, los principales desafíos no son tecnológicos, sino sociales y culturales. La tenencia responsable de los animales, el acceso a campañas de vacunación y la adopción de medidas de prevención dependen en gran medida del comportamiento humano y de la realidad local.
Por ello, el enfoque debe ser integral: combinar la ciencia con estrategias de educación, sensibilización comunitaria y políticas públicas que se adapten a cada contexto. La respuesta no puede recaer solo en la ciencia: requiere la participación coordinada de distintos profesionales de la salud —médicos, veterinarios, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales y autoridades locales— para avanzar en la educación, la prevención y el control sostenible de la enfermedad.
En las Américas, la situación de la rabia ha mejorado notablemente en las últimas décadas, especialmente la transmitida por perros, gracias a las campañas masivas de vacunación canina y a la cooperación regional. México, por ejemplo, fue declarado libre de la rabia en los humanos transmitida por perros en 2019, y otros países siguen avanzando hacia este mismo objetivo.
Hoy en día, los casos en humanos son muy poco frecuentes y se deben en su mayoría a variantes silvestres del virus, principalmente transmitidas por murciélagos y, en algunos casos, por zorrillos u otros animales. Sin embargo, esto nos recuerda que la rabia sigue siendo una prioridad, ya que no solo afecta a la salud pública, sino también a los animales domésticos, como perros y gatos, que pueden actuar como puente entre la fauna silvestre y las personas.
El gran avance es que la rabia canina está prácticamente controlada en la región, pero el desafío ahora está en la rabia silvestre y en mantener la conciencia pública para no bajar la guardia en la vacunación de mascotas y en la educación comunitaria.
En el continente americano se ha logrado una reducción del 98% en los casos de rabia humana transmitida por perros, pasando de 300 casos en 1983 a solo 10 casos registrados en 2025 (hasta septiembre), según la Organización Panamericana de la Salud.
El principal desafío para eliminar las muertes humanas por rabia transmitida por perros en la región no es tanto la falta de normativas, que en general existen y son adecuadas, sino la dificultad de asegurar su cumplimiento en la práctica. Más allá de los aspectos técnicos, persisten retos culturales y de comportamiento vinculados al manejo responsable de los animales de compañía: la vacunación regular, el control de la población canina y la prevención de perros callejeros.
Superar estos desafíos requiere un enfoque integral que combine ciencia, políticas públicas y, sobre todo, educación y sensibilización comunitaria, promoviendo una cultura de tenencia responsable que refuerce los logros alcanzados.
Para interrumpir la circulación del virus entre hospedadores susceptibles y prevenir casos de rabia humana transmitida por el perro se recomienda mantener una cobertura de vacunación del 80% de la población canina.
El Laboratorio de Referencia de la OMSA desempeña un papel clave en la lucha contra la rabia al fortalecer las capacidades de diagnóstico en los países. Lo hace a través de la capacitación de profesionales, la organización de ensayos de aptitud y la provisión de materiales de referencia de calidad. Estas acciones permiten a los laboratorios nacionales evaluar y mejorar sus técnicas diagnósticas, asegurando resultados confiables que son fundamentales para la vigilancia y el control de la enfermedad.
El mensaje central es que no debemos bajar la guardia. Gracias a la vacunación masiva de perros y a la vigilancia constante, la región ha logrado grandes avances en la eliminación de la rabia canina, pero el virus sigue presente y aún representa un riesgo.
A las autoridades, el llamado es a mantener el compromiso político y presupuestario para sostener las campañas de vacunación y vigilancia. A los profesionales de la salud, recordar que no solo los perros, sino también los murciélagos y otros animales, pueden transmitir la rabia, por lo que es esencial mantener una capacitación continua.
Y a la población en general, el mensaje es claro: vacunar a sus animales de compañía y, en caso de exposición, acudir a los servicios oficiales de salud, donde los equipos están actualizados y preparados para brindar la atención adecuada. Solo con el esfuerzo conjunto de todos podremos alcanzar la meta de cero muertes humanas por rabia.
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