Entrevista

La sanidad animal, una meta que nos une como profesionales

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En el marco del Dia Mundial del Veterinario, conversamos con el Dr. Andrés Perez, Director del Centro Colaborador de la OMSA para el Desarrollo de Capacidades de los Servicios Veterinarios. En esta entrevista, el Dr. Perez comparte cómo el lema de este año —“La sanidad animal requiere un equipo”— se refleja en el trabajo que realizan junto a los países de las Américas. 

¿Cuál es el mandato principal del Centro Colaborador en relación con el desarrollo de las capacidades de los Servicios Veterinarios?

El mandato principal de nuestro Centro Colaborador es apoyar el desarrollo de las denominadas competencias avanzadas, o capacidades de “día 2”, tal como las define la OMSA. Estas competencias representan todo aquello que un profesional de los Servicios Veterinarios debe ser capaz de hacer en el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, muchas veces existe una brecha entre las habilidades que demanda el trabajo en campo y la formación recibida en la universidad. Nuestro rol consiste precisamente en cerrar esa brecha mediante formaciones específicas para miembros del Servicio Veterinario —tanto del sector público como del privado— enfocadas en áreas clave. 

Entre los contenidos que abordamos se incluyen temas como el análisis de riesgo, la implementación de zonas de control ante brotes de enfermedades, o el diseño de programas de regionalización sanitaria.  

En los últimos años, hemos empezado a poner especial énfasis en un aspecto que muchas veces se pasa por alto: la salud mental de los profesionales veterinarios. Estos trabajan con frecuencia bajo condiciones de alta presión, especialmente durante brotes epidémicos o emergencias sanitarias, muchas veces con recursos limitados. En ocasiones enfrentan decisiones extremadamente difíciles, como tener que sacrificar poblaciones enteras de animales para contener una enfermedad, lo cual representa una enorme carga emocional. Buscamos preparar a los Servicios Veterinarios para que cuenten con recursos para responder ante esas situaciones de estrés. 

Más de 400 profesionales de todo el mundo participaron en las capacitaciones lideradas por el Centro Colaborador de la OMSA.

¿Qué importancia tiene el trabajo interdisciplinario e interinstitucional en los procesos de fortalecimiento de capacidades?

El trabajo conjunto entre instituciones y disciplinas es fundamental. Cada sector cumple un rol específico y entender esas funciones es clave para lograr una colaboración efectiva. En el ámbito de la sanidad animal, el sector privado se dedica principalmente a la producción de alimentos de origen animal, mientras que el sector público tiene la responsabilidad de garantizar que esa producción cumpla con las normativas sanitarias. Por su parte, la academia juega un papel crucial al generar conocimiento científico y contribuir a la formación de capacidades tanto en el ámbito público como privado. 

Estos tres sectores —público, privado y académico— no actúan de manera aislada: se complementan y fortalecen mutuamente para alcanzar un objetivo común, que es la sanidad animal. 

Además, el fortalecimiento de los Servicios Veterinarios no solo requiere conocimientos técnicos, sino también habilidades sociales. La capacidad de liderar, trabajar en equipo, mostrar empatía y gestionar dinámicas grupales es esencial. Estas competencias son muchas veces interdisciplinarias y necesarias para el buen funcionamiento de los Servicios Veterinarios. 

Los programas de capacitación se desarrollan en respuesta a la solicitud de los jefes de los Servicios Veterinarios nacionales en base a las necesidades planteadas. Se analizan los resultados de las evaluaciones PVS, con el acuerdo de los países, para aportar soluciones adaptadas. ©WOAH/A.Cipriani Schwengber

¿Podría compartirnos algún ejemplo de colaboración exitosa con un país o subregión de las Américas?

Un ejemplo concreto se dio en Paraguay, donde se desarrolló una capacitación en sistemas de vigilancia pasiva para enfermedades vesiculares. Esta formación no solo mejoró la implementación del sistema, sino que también sirvió como herramienta clave en negociaciones con socios comerciales, facilitando el acceso a nuevos mercados. 

En el Caribe, trabajamos junto a la Universidad Autónoma de Santo Domingo en República Dominicana para implementar un programa de acreditación de médicos veterinarios en el manejo y control de la peste porcina africana. A partir de esta iniciativa se creó un certificado oficial que permitió al Servicio Veterinario habilitar a los veterinarios capacitados para desempeñar funciones específicas en la respuesta a la enfermedad. 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo, desde el Centro Colaborador, brindamos apoyo a los Servicios Veterinarios de la región, respondiendo a sus necesidades específicas de capacitación y fortaleciendo sus capacidades de forma sostenible. 

¿Qué desafíos específicos enfrentan los Servicios Veterinarios en las Américas?

Los Servicios Veterinarios en la región enfrentan tanto desafíos técnicos como políticos y económicos. Desde nuestro rol, nos enfocamos especialmente en los desafíos técnicos. 

Uno de los principales es la alta demanda operativa que recae sobre el personal veterinario. Muchos profesionales están sobrecargados con tareas esenciales del día a día, lo que les deja poco margen para participar en procesos de capacitación continua o incorporar nuevos conocimientos.  

Otro desafío tiene que ver con la estructura operativa de los Servicios Veterinarios, que suele estar muy orientada al cumplimiento normativo. Esto deja poco espacio para evaluar cómo se están implementando esas normativas y si existe margen de mejora. Por ejemplo, un funcionario en una oficina local puede dedicar la mayor parte de su tiempo a tareas de verificación en campo, recolectando información muy valiosa sobre las barreras que enfrentan los productores para cumplir con las normativas. Sin embargo, rara vez se da el contexto para canalizar esa información hacia propuestas de mejora. 

Además, los planes de control de enfermedades muchas veces se implementan bajo esquemas muy rígidos. Esto dificulta la generación de consensos con el sector privado, que es clave para lograr un enfoque más colaborativo y sostenible. La normativa necesita volverse más dinámica para responder mejor a los desafíos reales de la sanidad animal en nuestra región. 

 

¿Cuáles son las competencias clave que deben fortalecerse en los Servicios Veterinarios para afrontar los desafíos sanitarios actuales?

Una competencia clave es comprender de manera integral el riesgo y su complejidad. Los programas de bioseguridad, por ejemplo, a menudo intentan abarcar demasiado, lo que dificulta su implementación. Es más efectivo enfocarse en los riesgos específicos de cada país, reduciéndolos gradualmente y trabajando estrechamente con el sector privado. 

Aunque hay éxitos en el control de enfermedades como la fiebre aftosa, enfermedades como la brucelosis y la tuberculosis aún presentan desafíos. En resumen, los Servicios Veterinarios deben seguir mejorando su comprensión y gestión del riesgo, adaptando sus estrategias a las necesidades locales. 

¿Cuáles son las prioridades del Centro Colaborador en los próximos años para seguir impulsando Servicios Veterinarios resilientes en las Américas?

Hemos desarrollado entrenamientos para más de 50 países a nivel global y, en los próximos años, nuestra prioridad será profundizar la capacitación en las Américas, adaptándola aún más a las necesidades locales en coordinación con los socios regionales. Además, vemos una gran oportunidad para fomentar la colaboración sur-sur, aprendiendo de las experiencias de otros países en el manejo de enfermedades. Por ejemplo, podemos aprender de los esfuerzos en Asia para controlar la peste porcina africana, mientras que nuestra región también puede compartir su experiencia en enfermedades que ya hemos controlado. Como Centro Colaborador, estas serán nuestras prioridades: consolidar la formación regional y promover la cooperación sur-sur con África y Asia. 

 

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